La porosidad capilar es la capacidad del cabello para absorber y retener hidratación. Está determinada por el estado de la cutícula, que puede estar más cerrada o abierta. Conocer tu tipo de porosidad es fundamental para elegir los productos adecuados y mantener tu cabello sano y manejable.
Contrario a lo que muchos piensan, la porosidad capilar no es exclusiva del cabello rizado. Afecta a todos los tipos de cabello: liso, ondulado, rizado o afro.
La fibra capilar está compuesta en un 90 % por queratina y tiene tres capas:
Médula: El núcleo central del cabello.
Córtex: Aporta resistencia, elasticidad y color al cabello.
Cutícula: Es la capa más externa, formada por células que se superponen como escamas. Protege al cabello de los agentes externos.
Una cutícula sana se encuentra cerrada, suave y sin daños, lo que favorece la retención de hidratación. Si está abierta o dañada, el cabello pierde agua fácilmente y necesita cuidados especiales.
Uno de los métodos más comunes es la prueba del vaso de agua, aunque no es del todo precisa. Una alternativa más confiable es la prueba del tacto de la hebra:
Lava tu cabello con un shampoo con sulfatos (limpieza profunda).
Deja que se seque al natural, sin aplicar productos.
Toma hebras de distintas zonas (nuca, coronilla, frente).
Desliza los dedos de la punta hacia la raíz.
Resultados posibles:
Porosidad baja: Hebra lisa y sin textura.
Porosidad media: Hebra suave y uniforme.
Porosidad alta: Hebra áspera, con bultos y zonas secas.
Además, ten en cuenta factores como tratamientos químicos, exposición al sol o el uso frecuente de calor. Todo esto puede aumentar la porosidad del cabello.
Genética
Edad y longitud del cabello
Uso de tintes, decoloraciones o alisados
Exposición al sol, mar o cloro
Herramientas térmicas (secadores, planchas, etc.)
El cabello canoso suele ser más poroso
Repele el agua: tarda en mojarse y secarse
Acumula productos con facilidad
Suele lucir brillante y suave
Dificultad para teñirse o recibir tratamientos químicos
Aceites y cremas ligeras funcionan mejor
Absorbe agua de forma equilibrada
Mantiene la hidratación
Se ve saludable y manejable
Acepta bien productos y tratamientos
Fácil de estilizar y definir
Absorbe y pierde agua muy rápido
Tiende al frizz y se enreda con facilidad
Luce opaco y seco
Se daña fácilmente con calor o químicos
Necesita productos más pesados y ricos en proteínas
Usa champús sin sulfatos, alternando con uno de limpieza profunda 1 vez por semana
Mascarillas con calor o agua tibia para que penetren mejor
Cremas de peinar ligeras, a base de agua, sin proteínas
Aceites ligeros como jojoba o almendras
Champús suaves y limpieza profunda cada 15 días
Cremas de peinar ligeras aplicadas sobre el cabello empapado
Evita sobrecargar con proteínas
Aceites como argán, semilla de uva, jojoba o almendra
Mascarillas 1-2 veces por semana
Cremas de peinar espesas, tipo manteca
Uso de proteínas en equilibrio con la hidratación
Sellado con gel o aceites pesados como ricino o karité
Deja secar al aire libre cuando sea posible
Entender la porosidad de tu cabello te permitirá hacer elecciones más acertadas sobre productos, rutinas y técnicas de cuidado. Así evitarás el frizz, la sequedad o la acumulación de residuos, y lograrás que tu cabello luzca más saludable, manejable y brillante.
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